martes, 26 de junio de 2012

UBER ALLES


Por su conducta política, durante todo este perióco, la señora Merker me parecía que se había aprendido muy bien, aquello del himno alemán de “Deutsland, Deutsland uber alles” –Alemania, Alemania encima de todos- , pero nunca llegué a imaginarme, que por muy soberbia que esta persona pueda ser, obligaría a los asistentes a la última reunión de Roma, a un horario que permitiera a la señora “uber alles”, presenciar cómodamente el partido de fútbol de Alemania-Grecia.


Lo que decidieron está bien –invertir unos 120.000 millones de eu. en desarrollo- pero fue a prisas y corriendo, porque se les olvidó decidir de donde los sacan y  como se aplicarán. ¡Ahí es nada¡ Eso es como escribir sobre el agua para sembrar ilusiones. Por  que ¿cuándo veremos, en que años, esos euros? Deseo equivocarme, pero las prisas son para los partidos de fútbol de Alemania. Que se lo pregunten a la uber alles.

Sin embargo, en la reunión de referencia –no exagero si digo que los pueblos atormentados de la Unión Europea- abrigaban esperanzas una luz alumbrara su sombrío camino. El hecho de que la señora “uber alles” pusiera límites al tiempo de la reunión, porque para ella era más fundamental asistir al encuentro de fútbol, me parece ignominioso. Me parece que es reírse de las penurias de los europeos… sinceramente  me faltan palabras para calificar el hecho.

Muchos nos preguntamos, pero ¿pero en manos de qué gentes está nuestra suerte?  ¿Qué catadura moral y ética tienen?

¡Cuidado¡ la adicción al “uber alles” es peligrosa.

SOBRE LA LLAMADA "POLITICA DE APACIGUAMIENTO”

Introducción.
Ese nombre: política de apaciguamiento, es el que se dio a  la que practicó Inglaterra a mediados de los años 1930 hasta el 1 de setiembre de  1939, cuando  se inició la segunda guerra mundial. De esta política también participaba Francia. El “apaciguamiento”  tuvo su hito en la firma del Pacto de Munich, entre esas dos potencias y Alemania e Italia. Estas dos potencias, con dictaduras fascistas, aseguraron que ellas eran anticomunistas y no atacarían a Francia e Inglaterra. Éstas se lo creyeron, o al menos, eso es lo que anunciaron.

En mi opinión, la política de “apaciguamiento” perseguía,  hacer lo posible para  conseguir un enfrentamiento bélico entre Alemania y la Unión Soviética, aunque ese propósito se ocultara. Mi opinión se basa, no en la interpretación de  documentos, si no en los hechos de los que he sido testigo, a lo largo de mi vida.

Síntesis de la situación política en Europa en los años 1930.
En 1917, en el imperio zarista, que ocupaba un sexto del globo terráqueo, se estableció un sistema político y económico  en el que los medios de producción, pasaban a poder del estado y de cooperativas de campesinos y  trabajadores.  La burguesía y terratenientes, -capitalistas-  hasta entonces propietarios de los medios de producción y de las tierras, dejaba de existir como clases, que se apoderaran de la riqueza,  producto del trabajo de campesinos y obreros.

Se inauguraba una nueva era en la historia del hombre. Se había creado la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

En los años 30 este sistema estaba consolidado. El imperio zarista, devoto de la iglesia ortodoxa, de la cultura del vodka y del analfabetismo, había sido sustituido por un sistema social que, en unos 15 años, había transformado la Rusia zarista en un país con una importante industria pesada, una elevada producción agraria y eléctrica,  donde millones de ciudadanos estudiaban profesiones y carreras universitarias, al tiempo que trabajaban. En la URSS, por primera vez,  se fabricaban vehículos marca Ford, aviones, tractores etc. Disponía de una importante industria militar, con innovados armamentos. En pocos años, la URSS se había convertido en una de las primeras potencias mundiales.

Estos éxitos repercutieron en el mundo, que estaba saliendo de una grave crisis económica, la conocida como la del 29. Se consolidaron los sindicatos de clase, los partidos socialistas y, los recién formados partidos comunistas.

Los que se alarmaron con el nacimiento y éxitos de la Unión Soviética, fueron los “lobbys”  que dirigían el sistema capitalista a nivel mundial y con ellos, los partidos políticos que defendían esos intereses a nivel nacional.

Ello llevó a que en Italia surgiera un movimiento fascista, que estableció una dictadura, encabezada por Benito Mussolini.

En la Alemania derrotada, castigada por la injusta  paz de Versalles, surgió un movimiento nacional-socialista,  encabezado por Adolfo Hitler, que cuando subió al poder, apoyado por los grandes banqueros,  estableció una dictadura y prometió al pueblo “en vez de mantequilla cañones” para recuperar la “grandeza de Alemania”.

Ambas dictaduras, destruyeron al movimiento obrero: sindicatos de clase, partidos socialistas y comunistas y tomaron como lema el “anticomunismo”.  Se estableció el eje anticomunista Roma-Berlín, que desde el primer momento abogó por la guerra contra la URSS.

Todo ello, en Europa, con el  apoyo de  los partidos de derechas, que defendían el sistema capitalista y  que veían, el verdadero peligro para su subsistencia, en la URSS.

En esta situación, descrita en forma muy sucinta, se comprende que el peligro para la paz, eran las dictaduras fascistas, que proclamaban como su objetivo la destrucción del comunismo, la guerra contra  la URSS.

El Antifascismo.
Como respuesta al peligro de guerra, defendido por  las dictaduras fascistas alemana e italiana, se desarrolló en todo el mundo, pero muy especialmente en Europa, un movimiento popular “antifascista”. Esto llevó a que, en elecciones nacionales, triunfaran en Francia y en España, los Frentes Populares, formados por una agrupación de partidos de centro izquierda.

Por otra parte, la Unión Soviética, que no estaba para nada interesada en una guerra,  propuso a los gobiernos de Francia e Inglaterra la firma de sendos tratado de no agresión y defensa mutua. Que aunque no fue rechazado de forma explícita,  su firma, se fue alargando hasta que se perdió en el tiempo. Los acontecimientos que relataremos después, aclaran las razones.

La guerra de España.
El 16 de febrero, las candidaturas el Frente Popular, sacaron mayoría de diputados para el Parlamento. Se iniciaba un nuevo periodo, en que el centro izquierda era mayoría. Pero… el 18 de julio, un golpe militar, encabezado por el general Franco, inició la guerra civil.

Desde el primer momento, los sublevados, tuvieron el apoyo del fascismo internacional: de los nazis alemanes y fascistas italianos, tanto en tropas como en material y abastecimientos.  Todo ello evidenciaba el interés estratégico que para los planes bélicos, que ambos fascismos habían proclamado,  tenía el territorio y las  costas españolas.

Como es sabido los gobiernos de Inglaterra y Francia, se apresuraron a proclamar la política de “no intervención” cuyos efectos fueron la de ahogar a la República Española y permitir la participación descarada de tropas y material bélico, amén de apoyo logístico a los sublevados, por parte de Alemania e Italia.

La política de “no-intervención”, era parte de la llamada de “apaciguamiento”, y lo que consiguieron, una vez derrotada la República Española, es  que las dos potencias fascistas, dispusieran a su antojo de España. Por ejemplo que los nazis, pudieran atacar a Francia, desde los Pirineos. Pero tal posibilidad –grave peligro para la indefensa Francia- no se tenía presente. La estrategia era hacer  concesiones a las potencias fascistas y orientarlas a que atacasen a la URSS, que era el peligro para el sistema. En realidad, las potencias fascistas, eran “de de la misma cuerda”, defensoras también, del sistema capitalista.

El Pacto de Munich.
Ante las amenazas de Hitler de anexarse el territorio de Checoslovaquia habitado por los sudetes –minoría alemana- Masaryk y Benes, presidente y jefe de gobierno de ese país, pidieron apoyo, para defenderse, a Inglaterra, Francia y la URSS. Esta contestó que estaba dispuesto a intervenir, si las otras dos potencias también lo hacían.  Inglaterra y Francia, se negaron, aunque fueron ellas las que fundaron Checoslovaquia, después de la guerra.

Así las cosas y otras  como la petición de Austria de unirse a Alemania, las dictaduras fascistas en Hungría, Rumania y Bulgaria, el 30 de setiembre de 1938 se firma un tratado en Munich, en que se reconoce el derecho de Alemania de anexarse los territorios sudetes. Lo firmaron: por Inglaterra Neville Chamberlain, primer ministro, Daladier por Francia, Hitler por Alemania y Mussolini por Italia.

Chamberlein y Daladier, prometieron la paz eterna a sus respectivos pueblos. Sin duda, que los dos dictadores, hicieron gala de su anticomunismo y  se comprometieron a no atacar ni a Francia ni a Inglaterra. Por eso la promesa de paz eterna, arriba mencionada.

Con este pacto  se dio  luz verde para que los fascistas alemanes se anexaran Checoslovaquia y Austria y pudieran llegar hasta las fronteras del sur  de la URSS y al mar negro.

Para la República Española fue una puñalada por la espalda. Meses más tarde, el 1º de  abril, se había acabado la guerra.


El pacto germano-soviético.
Las potencias del apaciguamiento, pensaron que todo estaba ya bien encaminado y que la ira bélica de Hitler se descargaría contra la Unión Soviética.

Sin embargo, la sorpresa fue grande, cuando el 23 de agosto, se enteraron de la firma de un pacto  germano-soviético. En Moscú, von Ribertrop y Molotov, sendos ministros de relaciones de Alemania y la URSS, en presencia de Stalín –con sonrisa socarrona- habían firmado un pacto de no agresión, con ciertas ventajas territoriales para los soviéticos.

Con este pacto, de un plumazo, se derrotaba a la estrategia del “apaciguamiento”. Por otra parte,  Hitler se aseguraba no ser atacado por el oriente. Podía con seguridad desarrollar sus planes de guerra.

El 1º de setiembre las tropas nazis,  atacaba a Polonia, aliada de Francia e Inglaterra. Se había iniciado la segunda guerra mundial… sin ser atacada la URSS.

Y ¿el plan de apaciguamiento? Un error histórico.

Comentarios finales.
Inglaterra y Francia sufrieron la derrota militar y Francia la ocupación. Esto lo Lo podían haber evitado si hubieran ayudado al gobierno legar de España, y en pocos meses, hubiera sido derrotada la sublevación fascista. Los planes estratégicos de Hitler y Mussolini de utilizar el territorio español como base para sus planes de guerra, hubiera sido imposible.

Por otra parte, si esas potencias hubieran atendido la petición de Checoslovaquia, Hitler –si seguía con sus planes de anexar a los sudetes- hubiera tenido quehacer la guerra en su territorio y  hacer frente al ataque militar de la URSS, por el oriente y al de Francia e Inglaterra por occidente. En esas condiciones tenía la derrota garantizada.

En ese probable escenario, se hubiera evitado el desarrollo  que tuvo la segunda guerra mundial. Es cierto que la Unión Soviética, no hubiera salido tan debilitada. Como salió de la segunda guerra. Pero los 50 millones de muertos, debilitaron a toda Europa.

El sistema capitalista –en el que vivimos y padecemos-, consiguió decenas de años después, gracias a  la guerra fría  y a circunstancias interiores del sistema soviético, el desmembramiento de la URSS y el final del sistema social, con el que se acababa con la explotación del hombre por el hombre. Al final los “lobbys “consiguieron su objetivo. Para conseguirlo sacrificaron la vida de  de millones de seres humanos.