miércoles, 4 de enero de 2012

PINOCCIUM VIRAE


Leí –es un decir- en algún lugar, que los virus unas veces son mineral –inertes- y otras tienen una virulencia extrema. En el caso a que me voy a referir, pertenece a este último grupo a lo que añadiré que perdura en el tiempo. Y si el lector tiene paciencia –si es que  hay lector- comprenderá el por qué de mi introducción.

Es el caso que asistí a la primera conferencia de prensa del recién estrenado gobierno.

Mis colegas periodistas han informado de lo que allí se dijo, pero no de todo lo que pasó. Y fue un hecho insólito. A medida que la vicepresidenta iba comunicando los acuerdos del Consejo de Ministros y los que estaban presentes, los ampliaban con más detalles, las narices de cada uno, iban aumentando de longitud. Y eso fue a partir del momento en que un periodista de La Razón dijo: óiganme, yo he votado al PP porque aseguraba que no subiría los impuestos y, ahora ¿qué pasa, me aumentan el IRPF?

La voz de la Vicepresidenta contestó: esto es sólo el comienzo de lo que viene detrás. Ahora la nariz no aumentó, porque decía la verdad.

Mi colega, enfurecido clamó: ¿Por qué no lo dijeron antes de las elecciones?.
Le respondieron:

Porque, o usted es tonto, o comprenderá que si lo decimos,  no estaríamos sentados aquí. La nariz, mantuvo el tamaño. Pero la voz añadió:
Fue una mentira piadosa. La nariz creció desmesuradamente.

Se llamó con urgencia a un medico de los servicios médicos de La Moncloa. Tranquilizó a los presentes: lo que ven en las narices de ministros y vicepresidenta, se debe a un virus. Que llegó aquí con el Sr. Aznar, con la mentira del 11M. No es un virus mortal, dura 4 años. Así es que prepárense. No hubieran votado como lo hicieron.

Hizo “mutis” por el foro.

Me noto, lector, como si me hubiera atacado el famoso virus… pero en mi caso, en una mutación,  sin alargarme  la nariz.

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