Le diré a usted,
amigo lector, que la Europa actual, me parece esperpéntica. Vivo en
una nube, sin comprender lo que pasa. Por ejemplo, hace unas semanas,
la Corte de Karls Ruhe, dijo”si”al aumento del capital del Banco
europeo –que aún no funciona-, dedicado –en un futuro- a salvar
países de la ruina. Pues bien, el aleteo, de las mariposas, ese que
puede producir verdaderas catástrofes a miles de kilómetros,
trasmitió ese “si”, no se produjo catástrofe alguna, con lo que
Rajoy y cia. Se tranquilizaron y aplazaron nuevos recortes. Mira
tu, que si la Corte hubiera dicho “no”, todo hubiera cambiado,
y a no dudar, yo hubiera tenido que recortar el par de churritos y la
porra, que degusto cada sábado, sin el carajillo, que ya pasó a
mejor vida. Y es que la churrera, si, de la estación de aquí de
Pozuelo, hace exquisiteces. No me diga, usted mi amigo, si no es
esperpéntico, que la mencionada Corte decida sobre mis churritos y
porritas.
Y haciendo esas
cábalas, se me ocurrió algo esperpéntico: que al fín y a la
postre, la 2ª. Guerra mundial, la ha ganado… el Bundesbank. No es
menos cierto, que de las decisiones que toma, dependemos todos. Pues
si, de la Banca Alemana, esa misma que financió la subida al poder
de Hitler y su carrera armamentista y la catástrofe siguiente. Y lo
digo, porque he vivido ese periodo. Por ello a mi memoria vinieron la
batalla de Stalingrado, la foto de la bandera roja encima del
Reichstag, los 50 millones de muertos, y comprenderás amigo que un
largo, larguísimo etcétera, sin olvidar nuestra tragedia.
Recordé que
acabada la guerra, se inició un periodo de trabajo y hasta de
bienestar: cultura y salud. Ese periodo duró años, hasta, incluso
-muerto Franco-, España se incorpora a la democracia.
En aquella época
no recuerdo que se hablara del capital financiero, ni de primas de
riesgo, ni de los términos económicos con los que nos marean
diariamente.
Si se hablaba de
la URSS y –peyorativamente- de sus países satélites. Era la
guerra fría. Que duró hasta que la desmembraron y su sistema
económico pasó a ser capitalista y altamente corrupto. Y ahora. La
Unión Europea, en ¿qué se ha transformado?. Prácticamente en
estar regida por la Banca alemana y los países “dependientes”,
tiranizados por el Bundesbank y, en su nombre, el gobierno alemán.
Dígame usted, sino resulta esperpéntica esta situación. Cuando
pienso en ello, no puedo menos de acordarme del pacto de Munich y al
tiempo pronuncio una frase muy mexicana: “hasta que se les hizo,
cabrones. Me embarga una gran tristeza.”.
Y aunque se que
es muy discutible lo que voy a decir, ahora nos tiranizan a su
antojo. El capital financiero es omnímodo. No hay fuerza de
compensación.
Aunque queda una,
la de usted y todos los ustedes que tomen conciencia de que vivimos
en un mundo esperpéntico que tenemos que cambiar. Si, un mundo
históricamente injusto.
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