domingo, 22 de julio de 2012
CUCURBITÁCEAS
Utilizábamos este nombre cuando, en los exámenes de junio-julio, suspendían
a algún estudiante. Le habían dado una cucurbitácea. Así evitábamos usar
el nombre de calabaza, mucho más desconsolador y vulgar. Cucurbitáceas
o calabazas y bien grande y rotundas, son las que ha recibido el gobierno
en el Congreso con los decretos de recortes presentados. Lo afirmo si tengo
presente los votos que representa la mal habida mayoría absoluta del PP, que
no pasa de un tercio del electorado. Y esto se ratifica por la reacción de “la
gente” en la que ciento de miles de españolitos se han manifestado, en estos
días, contra los decretos, por las calles de toda España. Por lo que se sabe,
han sido numerosos los miembros del PP que han participado, igualmente
llama la atención, oír los comentarios en tertulias de radios con justificada
reputación de derechistas, que, en estos días, tienen a gala, atacar al gobierno
y sus políticas de recortes. Es evidente que esta evolución, muy rápida, de
la opinión pública, tendrá repercusiones en la posición del gobierno y me
temo que la evolución sea represiva, lo que no ayudará en nada a resolver la
situación. La opinión de izquierda deberá evitar, en todo lo que pueda, una tal
deriva.
Ahora bien, no es suficiente el papel de oponerse a las medidas aprobadas.
La izquierda debe dar, en forma precisa y no solamente teórica, otras Vias
que saquen a España del túnel en que se encuentra. Es necesario establecer
una “hoja de ruta” que conduzca a ese objetivo. Evidentemente que los
economistas deben, en ello, jugar un importante papel, poniéndose de acuerdo
y sustanciando sus opiniones en pocas propuestas, de fácil comprensión
para “la gente”. Sería necesario crear un núcleo catalizador que agrupase
economistas, sociólogos, sindicalitas, quizá alguno más, que fueran capaces
de establecer esa hoja de ruta, tan concreta, como necesaria, que sería
sometida a la aprobación general de la opinión. Pienso que las fundaciones
que abogan por el progreso podrían ser un núcleo aglutinador.
Hagamos una hipótesis. Se produce una crisis de gobierno. Entra dentro de las
probabilidades. La opinión de izquierda ¿va a presentarse como en el pasado
–partidos peleados etc.- o se unirá ante la grave situación económica, en una
hoja de ruta común? Yo, modestamente, abogaría por esta última alternativa.
Porque sería imperdonable y sumamente doloroso, que España se hundiera,
con democracia.
Ustedes tienen la palabra: el futuro de España, está en juego.
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